EDITORIAL
La última tapa de LA MAZA (beso
apasionado entre Raúl Castro y Barak Obama, titulo 'relaciones carnales?') ha
sido ferozmente atacada por el amplio, numeroso y prodigo espectro de la
intelectualidad castro chavista. La notable curiosidad de nuestro batallón
enemigo es que la mayoría de sus miembros revistan sin pudor alguno en las
filas del kirchnerismo mas o menos critico (cada día más crítico a medida que
se acerca el final!), o sea son defensores de un gobierno capitalista con todos
sus pelos y señas. Se nos reprocha no anteponer el pasado 'glorioso' del
castrismo al nauseabundo presente de una camarilla corrupta, privilegiada y
restauracionista. Se nos exige que silenciemos el hambre, la prostitución, la
desigualdad social creciente y obscena, la corrupción, los privilegios, el
mercado negro, el descuartizamiento de las libertades democráticas, el
desprecio cotidiano al verdadero socialismo, porque, simplemente, es llevado
adelante por aquellos que se enfrentaron a burguesías descompuestas y a su amo
imperialista con la sangre del pueblo pero en beneficio propio…Se nos exige que
callemos que esos "revolucionarios" de hace varias décadas, se han
transformado en los nuevos amos burgueses de la isla…Se nos reclama que nos
hemos atrevido a decir, nada más ni nada menos, que "el rey estaba en
pelotas" aunque nadie se anima a hacerlo público!! La verdad se impone por
su propio peso. Nada de lo que hemos denunciado en el número anterior de La
Maza es atributo de razonamientos subjetivos de ilusos libertarios comunistas.
No. Nuestra consideración surge del estudio de los documentos y resoluciones de
los últimos congresos del P.C. Cubano, del análisis de sus propia estadísticas y,
sobretodo, de la experiencia cotidiana de compañeros nuestros en la isla.
Cubanos y argentinos, militantes comunistas libertarios como nosotros, nos
hacen llegar su verdad. Nos cuentan su pobre y vigilada existencia en los
límites del estalinismo caribeño. Estamos dispuestos a confrontar, dato en
mano, hecho contra chamuyo, ley contra verso todo lo que decimos. Pero no
estamos dispuestos a callarnos ni a ser cómplices, en nombre de la nostalgia
setentista, de esta restauración capitalista que, debajo de banderas rojas y
entonando canciones de Silvio Rodríguez, están coronando los Castro y su
pandilla.
BANDERAS
ROJAS PARA UNA MINUE CAPITALISTA
Es posible que la verdad tarde
tiempos en golpear a las puertas de la historia. Pero, más tarde o más
temprano, la otra historia, la silenciada, la de los oprimidos y disconformes,
termina emergiendo de la crosta de mierda que le tiraron encima y de los
soretes a sueldo que intentaron taparla. Y cuando la verdad se emancipa de esos
cagatintas interesados, elementales escribas asalariados del poder y siervos de
pauta publicitaria y viajes todo pago, simples lacayos de buena paga y de
correctas amistades que ya no escandalizan ni a las viejitas del Barrio Norte,
cuando con un desgarrador grito de justicia la verdad le llega al alma a las
nuevas generaciones, aquellos que han tenido el valor de decirle pan al pan y
vino al vino serán reconocidos por su independencia de criterio. El nuevo orden
de socialismo y libertad que sobrevendrá a esta época oscura de la historia humana
no se construirá con aquellos que fueron vasallos del poder. Nuestro modesto
deber es proclamar la verdad. No importa cuántos nos escuchen ahora, la verdad
se terminara imponiendo. Decía, nuestra querida Rosa Luxemburgo, que, cuando no
se puede cambiar la realidad, el sólo proclamar la verdad revoluciona el orden
decadente…Eso creemos y este es nuestro modesto aporte al derrumbe del orden
social que aplastó a la raza humana durante siglos. La historia de la
humanidad, su verdadera huella sobre el planeta, su singularidad y
especificidad, su capacidad de conmoverse a sí misma mientras conmueve a su
universo, su pequeñez universal y su gigantismo ambiental, su posibilidad de
sucederse evolucionando en paz con el planeta y consigo misma…todo eso está en
juego en las próximas décadas. Y, aunque hoy sea poco lo que podamos hacer para
influir en un rumbo positivo de la civilización, nos contentamos con decir, acá
y ahora, la verdad sobre los fracaso que precedieron nuestras luchas, las
verdaderas razones de esas derrotas, señalar a los aprovechados de nuestro
atraso y a lo que lucraron con nuestra sangre para intentar transformarse en
nuevos césares. Es nuestro deber alertar a las nuevas generaciones sobre la
terrible amenaza que es la presencia de las clases medias en nuestras
organizaciones como agentes de la dominación del capital y su cultura sobre los
esclavos del salario. Como alertaba el joven Marx, el verdadero Marx, "la
liberación de los oprimidos solo será obra de los propios oprimidos". No hablaba
de abogados ni de intelectuales, no hablaba de profesionales ni de comerciantes
como voceros de los explotados, no hablaba de representantes, delegados ni
diputados. Decía, el joven y revolucionario Carlos Marx que la liberación de
los oprimidos solo sería posible si eran los oprimidos los que la llevaran a
cabo y con los métodos de lucha propios de los oprimidos. Recordar ese lema es
nuestro rol, eso es la LA MAZA, escrita y publicada desde las entrañas
profundas de nuestro pueblo, dignamente ajena, muy ajena, a las sirenas del
palacio. Cómo a Ulises hace tres mil años, lleguemos o no lleguemos a Itaka,
ella nos enriquece y nos marca un camino.
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Desde ya muchas gracias
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